Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Samuel 19, 26-38

26 Cuando llegó de Jerusalén al encuentro del rey, el rey le dijo: «¿Por
qué no viniste conmigo, Meribbaal?»

27 Respondió él: «¡Oh rey, señor mío! Mi servidor me engañó: Tu
siervo le había dicho: “Aparéjame el asno; montaré en él, y me iré con el
rey”, porque tu siervo es cojo.

28 Ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey. Pero el rey mi
señor es como el Ángel de Dios y harás lo que bien te pareciere.

29 Pues toda la familia de mi padre merecía la muerte de parte del rey
mi señor, y tú, con todo, has puesto a tu siervo entre los que
comen a tu
mesa. ¿Qué derecho tengo yo a implorar todavía al rey?»

30 El rey le dijo: «¿Para qué vas a seguir repitiendo tus palabras? He
decidido que tú y Sibá os repartáis las tierras.»

31 Dijo Meribbaal al rey: «Y aun todo puede llevárselo, ya que mi
señor el rey ha vuelto en paz a su casa.»

32 También Barzillay de Galaad había bajado de Roguelim y había
pasado el Jordán con el rey para despedirle en el Jordán.

33 Barzillay era muy anciano; tenía ochenta años. Había
proporcionado alimentos al rey durante su estancia en Majanáyim, porque
era un hombre muy rico.

34 Dijo el rey a Barzillay: «Sigue conmigo y yo te mantendré junto a
mí en Jerusalén.»

35 Pero Barzillay dijo al rey: «¿Cuántos podrán ser los años de mi
vida para que suba con el rey a Jerusalén?

36 Ochenta años tengo. ¿Puedo hoy distinguir entre lo bueno y lo
malo? Tu siervo no llega ya a saborear lo que come o bebe, ni alcanzo ya a
oír la voz de los cantores y cantoras. ¿Por qué tu siervo ha de seguir siendo
una carga para el rey mi señor?


37 Tu siervo continuará con el rey un poco más allá del Jordán, pero

¿para qué ha de concederme el rey tal recompensa?

38 Permite que tu siervo se vuelva para morir en mi ciudad, junto al
sepulcro de mi padre y de mi madre. Aquí está tu siervo Kimham. Que siga
él con el rey mi señor y haz con él lo que bien te parezca.»